Diplomacia religiosa en la Edad Media

Introducción

Fuente original: UNAM, 2011

Durante la Edad Media (siglos V - XV), el poder político estuvo centralizado en la figura de los monarcas, quienes ejercían la diplomacia a través del envío de emisarios, la firma de tratados y la celebración de alianzas matrimoniales. Los documentos diplomáticos se validaban mediante sellos y escudos; mientras que, el latín, como lengua oficial de la Iglesia y de las élites intelectuales, facilitaba la comunicación entre los Estados (Merino, 2021). En este contexto, el Papado desempeñó un papel esencial, interviniendo en la resolución de conflictos y otorgando legitimidad a las autoridades.

Los embajadores en la Edad Media

Los embajadores, designados por los reyes, no solo cumplían funciones políticas, sino que también representaban la autoridad divina asociada al poder monárquico (Merino, 2021), fortaleciendo el vínculo entre la diplomacia y la religión. Existieron varios tipos de embajadores, y aunque las fuentes varían en algunos detalles, coinciden en que se trataba de hombres influyentes en sus respectivos ámbitos:

• Nobles, con o sin linaje; 
• Militares, que buscaban consolidar políticamente sus victorias; y,
• Clérigos, en busca de mayor notoriedad.

Los clérigos fueron los emisarios más numerosos en los primeros siglos medievales en Occidente, gracias a su sabiduría y conocimientos (Merino, 2021). Comprendían el valor de la diplomacia y sabían cómo tratar a la antigua aristocracia romana para que reconociera la autoridad de los monarcas germánicos. Con el tiempo, se volvieron imprescindibles, influyendo en la adopción de una política exterior evangelizadora (Merino, 2021).

Fuente original: SobreHistoria.com, 2019

La diplomacia en la Península Ibérica y la llegada del Islam

Fuente original: El Orden Mundial, 2022

En la Península Ibérica, la diplomacia medieval estuvo profundamente marcada por la religión. Isidoro de Sevilla (560 - 636) promovió la unificación política bajo una monarquía cristiana, pero la llegada del Islam en 711 transformó el panorama regional (Rabasco, 2017). La conquista musulmana obligó a la tradición cristiana, especialmente la episcopal, a replegarse al norte, desde donde inició el proceso de la Reconquista (Rabasco, 2017).

Durante los siglos de convivencia y conflicto entre cristianos y musulmanes, la diplomacia fue una herramienta constante. Las embajadas cristianas debían enfrentar el esplendor ceremonial de la Corte califal, que buscaba reafirmar la superioridad islámica (Rabasco, 2017). A su vez, los califas cordobeses (929-1031) valoraban el conocimiento y mantenían Cortes multiculturales, donde eruditos musulmanes, judíos y cristianos compartían espacios de diálogo (Rabasco, 2017).

Con la disolución del Califato de Córdoba en 1031 y la aparición de los reinos taifas, la fragmentación política aumentó las misiones diplomáticas (Rabasco, 2017). En ese sentido, la diplomacia se volvió esencial para gestionar alianzas, conflictos y equilibrios de poder entre distintas entidades de fe.

Transformación de la diplomacia

Fuente original: Aparences, 2023

Durante la Baja Edad Media, los emisarios eclesiásticos dominaban la diplomacia, gracias a su dominio del latín, su comprensión del juramento litúrgico y el respaldo del Papado (Merino, 2021). Con el tiempo, la diplomacia dejó de ser exclusiva del clero, comenzando a requerir emisarios con una sólida formación intelectual y cultural, como se refleja en textos como Las Siete Partidas, redactado durante el reinado de Alfonso X (1221-1284). La literatura medieval definió al diplomático ideal como alguien elocuente, discreto y hábil en negociación, lo que marcó el paso hacia una diplomacia más secular y profesionalizada, en la que las competencias personales prevalecían sobre la filiación religiosa (Merino, 2021).

Durante el reinado de los Reyes Católicos (1474-1516), Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón marcaron el fin de la Edad Media y el surgimiento del Estado Moderno en Europa. En este período, los embajadores más prestigiosos eran miembros de la alta nobleza. Aunque inicialmente enviaron prelados a embajadas en la Santa Sede, luego optaron por laicos con formación en leyes, buscando evitar la interferencia de los eclesiásticos en beneficio de sus propios intereses (Merino, 2021). Este cambio impulsó la profesionalización de la diplomacia, adoptando estructuras más institucionalizadas y permanentes, favorecidas por la consolidación del poder monárquico, la profesionalización de los ejércitos y la capacidad de las monarquías para proyectar su influencia más allá de sus fronteras (Merino, 2021).

Fuente original: EH, 2023

A medida que avanzaba la Edad Media, los embajadores con títulos académicos, especialmente en derecho civil y canónico, se hicieron más comunes (Merino, 2021). Aunque el latín facilitaba la comunicación diplomática, muchos embajadores siguieron siendo clérigos hasta el siglo XVI (Calduch, 1993). El diplomático italiano Baltasar Castiglione (1478-1529) resaltaba la importancia de conocer el latín y las lenguas de los Estados más poderosos, como el español y el francés (Merino, 2021). No obstante, a finales del siglo XVI, los clérigos fueron gradualmente desplazados del servicio diplomático debido a la expansión de las lenguas nacionales y la creciente desconfianza hacia su doble lealtad: a los gobernantes y a la Iglesia (Merino, 2021).

A pesar del predominio de diplomáticos formados en derecho durante los siglos XIV y XV, los eclesiásticos continuaron desempeñando un papel clave en la diplomacia castellana y aragonesa, siendo en muchos casos graduados en bachiller (Calduch, 1993). Estos diplomáticos dominaban tres pilares fundamentales de la diplomacia medieval: el derecho, el latín y la retórica (Merino, 2021). Además de sus funciones diplomáticas, los eclesiásticos formaban parte de la Corte y, en algunos casos, asumían roles específicos en la administración diplomática, como el de secretario del latín, un cargo esencial para mejorar las relaciones con el Papado (Merino, 2021). Dado que el latín era la lengua de la cristiandad, los diplomáticos enviados a la Santa Sede debían dominarla.

Los cambios en la diplomacia al final de la Edad Media

Estos cambios no se limitaron al ámbito político o eclesiástico, sino que se extendieron a otras dimensiones, como la ideológica, cultural y artística. Durante los siglos XIV y XV, la transformación ideológica comenzó a manifestarse de manera más evidente, influyendo en la concepción de la humanidad y su relación con el entorno (Calduch, 1993). El humanismo y el Renacimiento representaron hitos fundamentales que sentaron las bases para la consolidación del Estado Moderno en el siglo XVI (Calduch, 1993). En este contexto, la diplomacia emergió como un pilar en la configuración de las relaciones entre los Estados en formación a través del establecimiento de embajadas permanentes y prácticas diplomáticas más estructuradas.

Fuente original: Tlamatzinco, 2010

Conclusión

La diplomacia medieval constituyó una compleja interrelación de poder político, influencia religiosa y mecanismos de legitimación. En una época en la que el cristianismo no solo configuraba la identidad cultural y social de los reinos, sino que también legitimaba la autoridad de los monarcas, la relación entre la Iglesia y el Estado resultó fundamental para el desarrollo de las prácticas diplomáticas. Los eclesiásticos, formados en latín y derecho canónico, desempeñaron un rol protagónico como emisarios de las coronas, llevando consigo una misión evangelizadora que impregnaba las negociaciones internacionales. La incorporación de tradiciones religiosas en las dinámicas diplomáticas no solo cimentó los fundamentos de la diplomacia medieval, sino que también sentó las bases para su evolución hacia formas más seculares en el marco del Estado Moderno. Aunque la influencia de la religión persistió, la creciente especialización y profesionalización del cuerpo diplomático marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de las relaciones internacionales.

Referencias

• Aparences. (2023). Roma: el regreso del papado. https://www.aparences.net/es/arte-y-mecenazgo/roma-mecenazgo-y-poder-papal/roma-el-regreso-del-papado/

• Breval, J. (2023). Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando. Historia General. https://historiageneral.com/2009/05/12/los-reyes-catolicos-isabel-y-fernando/

• Calduch, R. (1993). Dinámica de la Sociedad Internacional: La Diplomacia. Universidad Complutense de Madrid. https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-55160/lib2cap7.pdf

• Casiopea. (2019). El poder económico de la iglesia medieval. SobreHistoria. https://sobrehistoria.com/el-poder-economico-de-la-iglesia-medieval/

• Leiva, A. (2022). 27 de abril del 711: comienza la conquista musulmana de la península ibérica. https://elordenmundial.com/hoy-en-la-historia/27-abril/27-de-abril-de-711-comienza-la-conquista-musulmana-de-la-peninsula-iberica/

• Merino, A. (2021). La evolución de la diplomacia durante la Edad Media. Universidad de Cantabria. https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/22287/MerinoSaizAlazne.pdf?s

• Rabasco, R. (2017). La representación pontificia en la Corte Española: Historia de un ceremonial y diplomacia. Editorial Sanz y Torres, S.L. https://www.editorialsanzytorres.com/static/pdf/9788416466382Muestra.pdf

• Ríos, M. (2011). Hernán Cortés: ¿un hombre entre la Edad Media y el Renacimiento?. Noticonquista, México. http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1291/1272

• Tlamatzinco. (2010). El Renacimiento y el Humanismo. https://tlamatzinco.blogspot.com/2010/09/el-renacimiento-y-el-humanismo.html

• Vigil, N. (2024). Los límites legales de los ciclos pactuales en la política de la península ibérica en la Baja Edad Media: la vigencia de los acuerdos diplomáticos. Universidad de Valladolid. https://uvadoc.uva.es/handle/10324/69958